En honor a esta serie que personalmente sigo, me pregunte
¿¿que tan lejos estamos de parecer Zombie??
Al leer el siguiente articulo, creo que no estamos tan lejos de serlo.
La móvil dependencia o nomofobia como se le ha nombrado, es la adicción al teléfono, que puede generalizarse a otros aparatos tecnológicos. Se caracteriza por la angustia y el miedo que pueden generar el no poder comunicarse por medio de estas herramientas.
Actualmente se considera tan grave como otras adicciones porque el efecto emocional que tiene en las personas el no poder comunicarse o no estar disponible, hace que se valore el celular como una necesidad básica, igualándolo por ejemplo, a la alimentación.
Los nomofóbicos se caracterizan por el estado de desesperación y la ansiedad que experimentan al estar “incomunicados”. Son personas que están siempre manipulando el aparato, inclusive aunque no estén esperando una llamada ni un mensaje, lo revisan cada 5 minutos “por si acaso”; a veces ni siquiera se está usando realmente el teléfono, pero si está pendiente de estar disponibles todo el tiempo. De ahí la angustia cuando no hay señal o se descarga la batería. Estar siempre en contacto con los demás, es una forma de enfrentar el aislamiento. Los nomofóbicos no controlan el malestar que les genera la sensación de que pueden perderse de algo importante sino están disponibles. En casos extremos se han reportado efectos físicos como palpitaciones y sudoración.
Los móvil dependientes hacen uso de su celular en cualquier lugar: en las reuniones, en la iglesia, las fiestas, mientras comen, antes de dormir, inclusive en el baño; y si no pueden utilizarlo por alguna razón, los consume el estrés.
A esta dependencia se han asociado otras complicaciones. Diversos estudios han intentado demostrar que el uso excesivo de celulares influye en la calidad del sueño, o que las radiaciones de estos aparatos pueden afectar de forma positiva la propensión a sufrir ciertas enfermedades como el cáncer.
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